Hace tres años empecé a correr.
Si, yo, la que no corría ni amenzada de muerte por alienígenas mutantes y por supuesto, la que odiaba el test de Cooper con toda su alma. El peor día del año escolar. Lejos.


Primero, por supuesto no llegaba a una vuelta manzana, pero mi cabezadurez vasca y el ánimo del pintor hicieron maravillas. Una vuelta, dos, un kilómetro, dos. Y así fui de a poco hasta que llegué a diez y mi primer carrera. Después de un año, más o menos empecé a entrenar para una media maratón (21k) de aventura en Chascomús (Hola CloH!). Tuve una lesión por sobre entrenamiento (seee, la misma de los aliens, el bondi y Cooper) y si bien corrí esa carrera, fue el fin de mi historia maratonista. 
Este año, después de mucho pensarlo, porque medio que tenés que empezar de cero y me daba fiaca, volví a las pistas. Corro, pero me cuido más que antes. Aprendí la lección. 

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Este domingo retomo las carreras
con la de Nike 10 k
¿llegaré? Espero que sí!

Lo que más me gusta de correr es que libera la cabeza como nada. Ni en yoga estoy tan zen como cuando corro. 

Ustedes ¿practican algún deporte? ¿les divierte correr o caminar? ¿qué hacen para despejar la mente y liberar el espíritu?