Una vez que ya nos decidimos a arrancar el clásico segundo paso es buscar el nombre.
Clásico y temido segundo paso.
Por eso, el post de hoy se llama (justamente)

A no ser que la tengas clarísima de entrada o pensado desde hace mucho tiempo, la búsqueda del nombre adecuado siempre presenta dificultades.

Es importante que suene bien, pero que no esté muy quemado.
Si ya hay veinte negocios con nombres similares, aconsejo ir por otro camino, sobre todo si se trata de negocios muy conocidos o si están dentro del mismo rubro.
Aunque te guste, aunque a otro le haya funcionado, intentá algo diferente, porque si no parece una versión no mejorada de algo que ya existe.

Es importante también que suene bien en tu idioma y tal vez en otros. Que sea fácil de pronunciar y recordar. Que te represente, pero que no sea demasiado acotado.

Mi sugerencia, es hacer una lista de todos los nombres que te gustan, sin filtro, durante una semana (si, hay que ponerse plazo porque si no puede ser la búsqueda in eternum).
Una vez que tenés esa lista, empezar a descartar. Por parecidos (ayudarse con Google, en esta época no hay excusas) por afinidades, porque no terminan de sonar bien, porque se te traba la lengua.

Mi ejercicio era pensar que llamaba a alguien por teléfono y me presentaba: si alguno de los que tenía en la lista me daba vergüenza o risa, lo liquidaba.

"Hola, soy Flor de Raya"
Es Florencia, de una productora que se llama Raya y trabaja con mi marido. Una historia verídica. No dejen que esto les pase.


Así hasta que queden algunos preseleccionados.
El paso siguiente es registrar la marca.
Ese tema, queda para la próxima. 


Ustedes
¿Cómo llegaron al nombre de su emprendimiento?
¿tienen algún consejo o recomendación?
¿están en esta etapa?
Cuenten!





PD: el término MiniPYMER fue acuñada por mi amiga Peri. Todos los derechos de autor sobre la misma le pertencen y generosamente me autorizó a usarla en estos posts. Chasgracias.