Desde hace un tiempo nos aconsejaron sumar semillas en alimentación diaria. ¿Porqué?

Las semillas de sésamo son ricas en proteínas, en omega 3 y omega 6, ácidos grasos esenciales que son muy beneficiosos para el sistema cardiovascular y para prevenir las enfermedades relacionadas con las arterias.
Además son ricas en vitaminas B1 B3 B6 y ácido fólico, vitaminas escenciales para la buena salud de la piel, los tejidos y el corazón. Además son una de las más ricas fuentes de calcio que podemos encontrar. Especialmente recomendada para niños en edad de crecimiento, embarazadas y mujeres adultas ya que previenen la osteoporosis.
Las semillas de amapola son una gran fuente de calcio y tiene alto contenido de vitamina A. Tiene un efecto antioxidante, proteje la piel y el pelo. Además, es fuente de hierro.
Las semillas de chía son rizas en zinc, que ayuda al sistema inmune. Tienen proteínas de buena calidad, selenio que es antioxidante, magnesio, calcio y omega 3. Aportan energía, ayudan a controlar el colesterol y la presión arterial. Mejoran la digestión y ayudan a controlar el apetito. Además son excelentes para el sistema nervioso e inmonológico.

Sabiendo todo esto, cómo no incluirlas!
De entrada, la opción más fácil, por lo menos en casa fue ponerlas en la ensalda, pero a veces me acoradaba y otras veces no. Hasta que a Sofi se le ocurrió comprar sésamo, chía y amapola y mezclarlas en un frasco grande y guardarlas. Ahora, directamente lo ponemos en una azucarera y va a la mesa, junto con el aceite, el aceto y la sal. El que come ensalada le pone lo que quiere y a veces los más chicos que no quieren ensalada se lo ponen al arroz o las papas.

Y de yapa mini receta de ensalada de espinaca, palta, champignon y durazno. Me encanta mezclar alguna fruta en la ensalada, puede ser durazno o pera, naranja e incluso frutillas que quedan riquísimas con aceto. ¿les gusta la combinación de frutas y verduras?


¿Ustedes suman semillas en su alimentación? 
¿cómo lo hacen?